Blanqueador para ropa: Añade percarbonato sódico a la carga de tu lavadora junto con el detergente. Generalmente, se recomiendan de 2 a 4 cucharadas (30-60 gramos) por carga, aunque la cantidad exacta puede variar según la carga y la dureza del agua. Este producto ayuda a eliminar manchas y blanquear la ropa.
Limpieza de baños y cocinas: Mezcla percarbonato sódico con agua para formar una pasta y úsala para limpiar superficies en baños y cocinas. Aplica la pasta sobre manchas o suciedad, frota y enjuaga bien. Es ideal para limpiar azulejos, grifos, lavabos, bañeras y encimeras.
Limpieza de pisos: Añade percarbonato sódico al agua de tu cubo de fregona para ayudar a eliminar manchas y mantener los pisos limpios y desinfectados.
Eliminación de moho y hongos: El percarbonato sódico es eficaz contra el moho y los hongos en áreas húmedas como baños y sótanos. Prepara una pasta con el producto y aplícala en las zonas afectadas. Deja actuar por un tiempo, luego limpia y enjuaga.
Limpieza de ventanas: Mezcla percarbonato sódico con agua y utiliza la solución para limpiar ventanas y espejos. Asegúrate de enjuagar bien para evitar residuos.
Limpieza de utensilios y platos: Añade una cucharadita de percarbonato sódico al lavavajillas o al agua en la que sumerges utensilios y platos para ayudar a eliminar manchas y residuos de comida.
Limpieza de juntas de baldosas: Crea una pasta con percarbonato sódico y agua, y aplícala en las juntas de las baldosas. Frota con un cepillo y enjuaga para limpiar y blanquear las juntas.
Recuerda que el percarbonato sódico es seguro para la mayoría de las superficies, pero siempre es aconsejable hacer una prueba en una pequeña área discreta antes de usarlo en superficies más grandes, especialmente si son delicadas o propensas a decolorarse.
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